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jueves, 2 de junio de 2022

IMPUESTO PATRIÓTICO DEMOCRÁTICO

 Efecto Boomerang de las sanciones contra Rusia  

 

Estamos viendo que este efecto, anunciado por una cadena sudamericana financiada por varias administraciones públicas latinoamericanas, ya se preveía hace más de un mes.

¿Qué hacer?

HACE TRES MESES ESCRIBÍ ESTO Y AHORA ME LLENA DE ALEGRÍA Y CONFIANZA OBSERVAR COMO LAS CLASES SOCIALES GOBERNANTES ESTÁN DISPUESTAS, CON GENEROSIDAD SIN LÍMITES, A COMPARTIR LOS COSTOS DE LA  GUERRA CONTRA EL TOTALITARISMO CON LOS MÁS DESFAVORECIDOS, EN UN ALARDE DE EQUIDAD Y SENTIDO DE LA JUSTICIA SOCIAL, PARA CONSERVAR NUESTRO MODO DE VIDA DEMOCRÁTICO FRENTE A LOS ATAQUES DE LOS SÁTRAPAS ORIENTALES

AHORA CONTINUO CON EL TEXTO PROFÉTICO QUE ESCRIBÍ HACE MESES

ESCRITO A DOS DE JUNIO DE 2022

Las sanciones económicas contra Rusia van a salir caras .... a toda Europa

Ya los medios de comunicación nos están advirtiendo que nuestra solidaridad con Ucrania, nuestro apoyo a los valores occidentales de democracia y de libertad, contra el sátrapa autócrata postsoviético Putin, tiene un coste que hay que pagar.

Esto es relativamente nuevo, han empezdo a decirlo hace unos días, como preparándonos para que la población española asumamos empobrecimiento, dificultades económicas y angustia de no llegar a fin de mes, como sacrificio para defender la libertad, la democracia, lo valores occidentales y  parar al sátrapa autócrata Putin, que acabaría invadiendo toda Europa y esclavizándonos  en regímenes postsoviéticos títeres de su voluntad, y acabando con nuestros derechos civiles.

Y no es que tengamos que poner dinero, es que nos vemos sometidos a inflación, a subidas de precios de energía, que nos empobrece, y, para colmo, los economistas, esos encantadores neoliberales, proponen que, para paliar los efectos negativos de esta situación, disminuyamos nuestros sueldos, pensiones, en general nuestros ingresos (no se habla de los beneficios empresariales), agravando aún más nuestros males, para, según ellos, fortalecer el ente abstracto "economía", lo cual a la larga, será doloroso para nosotros, españolitos de a pie, pero beneficioso para volver a poner en marcha la economía en algún momento después de que acabe esta guerra que, por otra parte, ya se sabe que será larga, no se sabe cuánto.

Incluso se nos dice que cuando acabe la guerra real, es posible que continue la "guerra económica", es decir que continuen los efectos adversos que estamos padeciendo. Nos pintan un futuro negro, lleno de sacrificios, que se suman a lo que ya tuvimos con la crisis de 2008. Más precariedad, más salarios bajos, más de lo mismo.

A todo esto hay que añadir que también peligran los valores sagrados de soberanía e integridad nacional, que perderíamos al convertirnos en provincia del autócrata postsoviético

 Bueno, futuro negro sin tener en cuenta que toda esta defensa de los valores occidentales, de la libertad y de la democracia, podría desembocar en una guerra nuclear, que mataría cientos de millones de personas, dejaría secuelas graves en casi toda la población mundial, en particular, a casi toda la población española, es decir que casi todos nosotros acabaríamos o muertos o con graves enfermedades, y que llevaría a un mundo postapocalíptico, horrible, con el que estamos familiarizados a través de todo un género cinematográfico que nos presenta un panorama desgarrador, por medio de películas y series que no citaré, pero que todos tenemos en mente. 

Vale, pues el objeto de esta entrada del blog es proponer una solución. Sí, queridas lectoras, queridos lectores, una solución es posible. Simplemente hay que tener en cuenta que estamos sometidos a una guerra. Guerra económica, guerra no militar, pero guerra. ¿Eso es extraño? No, porque para que nuestros sacrificios y acciones sean útiles, tenemos que seguir el ejemplo, y hacer piña, con el país defensor de la libertad, de la democracia, de los valores occidentales, que es EEUU, y que por boca de su presidente, ha dicho reiteradamente que no entrará en un conflicto militar directo con el autócrata postsoviético, sino que se limitará a proporcionar tantas armas como pueda a Ucrania y a promover sanciones económicas, cada vez  más duras, contra Rusia, aunque Europa, y por tanto España, tenga que asumir sacrificios crecientes. 

Añado que en EEUU las sanciones a Rusia no tienen, como en Europa, consecuencias económicas negativas, al menos en  principio. Al contrario, ellos son los que nos van a vender el gas y el petróleo (y si no, empresas controladas por ellos) que no les podremos compar a los rusos, y por cierto a precios mucho, muchísimo más elevados.

Entonces tenemos que admitir que estamos inmersos en una guerra, económica, pero guerra. Y es un error hacer frente a los efectos adversos de la guerra económica con los instrumentos habituales con los que, mal que bien, gestionamos nuestra economía doméstica. La inflación, la subida de los precios de la energía, y en consecuencia de todos los productos, la subida especifica adicional que predicen los economistas de los alimentos, todo eso no obedece a las causas habituales con las que estamos familiarizados gracias a la inestimable labor de los medios de comunicación:  que vivimos por encima de nuestras posibilidades, que cobramos sueldos demasiado altos (aunque sean bajos) que cobramos pensiones muy altas y que somos muchos cobrando pensiones, que nuestra economía no es competitiva, que.... No, esto no vale para la situación actual, porque si fuera así, los alemanes, que son perfectos, irían estupendamente, y, pobrecitos, están sufriendo lamentablemente.

No, todas las penurias a las que nos enfrentamos tienen el mismo origen: la guerra por la defensa de la patria, la libertad, la democracia y los valores occidentales frente al autócrata postsoviético.

Y la clave está en que  "estamos en guerra". Participamos de lleno en una guerra económica y sufrimos sus consecuencias. Y, como todas las guerras, ésta hace necesaria una financiación adecuada. Asumamos el coste económico de esta guerra. ¿Cómo? Mediante un impuesto de guerra (económica). Un impuesto transitorio que duraría lo que durase la guerra.

Este impuesto extraordinario de guerra (económica) tiene que aplicarse sobre los beneficios de las empresas, una vez pagados los impuestos ordinarios y aplicadas las exenciones que correspondan. Se trata de recaudar el 25% de los beneficios de las tecnológicas, de las grandes empresas, de los benficios que hayan obtenido operando en territorio español operando sobre población española o que vive en España.

Por ejemplo, preguntaríamos: Equipo de Google, qué beneficio habéis obtenido en España

Nos responderían: 1000 millones de euros (es un poner)

¿Y despuès de pagar impuestos, ¿que os quedó?

1000 millones, porque nosotros no pagamos en España, pagamos impuestos (pocos) en Irlanda

Pues trae pacá 250 millones, que es el 25%

Y así con Twitter, Facebook (o como se llame ahora) Tinder, Twich, Whatsapp, Microsoft, y todas las que hay. También con los bancos y las empresas del Ibex35

Ya veremos como todas estas entidades, fuertemente comprometidas con la democracia, de motu propio aportan las cantidades necesarias, extraidas de sus beneficios, para que el precio de la crisis,  sea  éste cual sea, se reparta equitativamente entre todos los sectores sociales.

¡¡VIVA LA DEMOCRACIA!!   ¡¡VIVA EL ESTADO SOCIAL Y DE DERECHO!!   ¡¡VIVA LA ECONOMÍA DE MERCADO CON CONNOTACIONES SOCIALES!!

Es un gusto observar como los mas pudientes, generosamente, renuncian a los justos beneficios obtenidos arriesgando sus capitales o gestionándolos con sabiduría, experticia y sentido de la responsabilidad, para que prevalezca la justicia y los costos de la guerra contra el totalitarismo postsoviético se repartan de manera justa entre los diferentes sectores sociales


CONTINNUARÁ   ________________________________  TO BE CONTINUED


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