Asistido por IA
El concepto del "trabajador que vota contra sí mismo" describe un fenómeno en el que un trabajador apoya a fuerzas políticas ultraconservadoras (como Vox o AfD) que proponen debilitar sus derechos laborales y favorecer al capital concentrado.
Este comportamiento no es necesariamente irracional, sino que constituye una respuesta, individualmente percibida como lógica, a las brutales condiciones materiales de supervivencia impuestas por el sistema capitalista actual y la precarización. La competencia generada por el sistema separa a los individuos de una misma clase y los enfrenta entre sí.
El mecanismo funciona a través de varios pilares ideológicos y materiales:
- Desvío de la Frustración Material: Las fuerzas conservadoras utilizan la frustración legítima del trabajador (originada en la precarización económica, el desempleo o los bajos salarios) y la redirigen hacia enemigos fabricados y vulnerables, como los inmigrantes, las feministas o los grupos que reciben subsidios sociales. Esta operación, conocida como transformismo, desvía la rabia de los responsables económicos reales (los fondos de inversión, los especuladores, o la clase burguesa).
- Individualización de la Explotación: El sistema capitalista, a través de la ideología meritocrática, transforma los problemas que son estructurales y sociales (como la pobreza o la precariedad) en deficiencias o fracasos personales. Al aceptar la lógica meritocrática ("si te esfuerzas, triunfas"), el trabajador interioriza que su propia precariedad se debe a su falta de esfuerzo o mérito, y no a la explotación estructural.
- Defensa de la Dominación: Esta interiorización lleva a que los explotados no solo acepten su explotación, sino que la defiendan activamente. El trabajador percibe que está votando para ser "el último en la fila de los jodidos" o para obtener una ventaja dentro de la lógica de la explotación (como conservar su puesto frente a la privatización). Esta operación ideológica bloquea cualquier posibilidad de organización o solución colectiva, al transformar el conflicto de clases en una angustia individual.
- Apoyo directo o indirecto de medios de comunicación principales y redes sociales a estas ideas (apoyo financiado por los verdaderos explotadores antes mencionados
En resumen, el sistema logra que el trabajador dirija su enojo contra otros trabajadores precarizados, o contra espantajos ideológicos, como las feministas, los progres, los inmigrantes, en lugar de contra quienes concentran el poder económico, quedando los verdaderos responsables, como los capitalistas financieros y los bancos, las grandes corporaciones, y otros bichos, en la sombra, manteniendo así la hegemonía cultural y el orden capitalista. La promesa de mejora nunca se cumple, pero la división entre sectores populares es esencial para que la lógica del bonapartismo (o el ultraconservadurismo) funcione.
NOTA EXPLICATIVA ERUDITA: Ya que ha salido el término bonapartismo, lo explico:
Características del Bonapartismo en la Sociedad Actual
Las características principales de lo que se considera bonapartismo o neobonapartismo en la política contemporánea incluyen:
Liderazgo Personalista y Fuerte:
Existe un líder carismático y "fuerte" que se presenta como el único capaz de "salvar" o representar a la nación, por encima de los partidos e instituciones.
La figura del líder es esencial y se le dota de un poder concentrado, a menudo debilitando los contrapesos democráticos (parlamento, poder judicial).
Apoyo Plebiscitario o Popular Directo:
El líder busca una legitimidad directa de las masas, a menudo mediante el recurso frecuente a referéndums, plebiscitos o una conexión "mística" con "el pueblo" (populismo).
Se establece una distinción maniquea entre "el pueblo" (los seguidores del líder) y "la élite corrupta" (la oposición, los medios, las instituciones).
Elevación del Aparato Estatal:
El Estado, la burocracia y el aparato militar-policial se fortalecen enormemente y se "elevan" por encima de la sociedad y de las clases sociales en conflicto.
En la teoría marxista, el bonapartismo es un Estado que actúa como árbitro temporalmente independiente entre las principales clases (burguesía y proletariado) en un momento de crisis, pero que, en última instancia, garantiza el orden capitalista.
Autoritarismo Disfrazado de Democracia:
Se mantiene una fachada formal de instituciones democráticas (elecciones, parlamento), pero el poder real se ejerce de manera autoritaria y centralizada por el ejecutivo.
Ejemplos Contemporáneos
Analistas y académicos han aplicado el concepto de bonapartismo o neobonapartismo a diversos líderes y regímenes en las últimas décadas, especialmente aquellos que han surgido en contextos de profunda crisis institucional y social:
Vladímir Putin (Rusia): A menudo citado como un ejemplo. Se le describe como un líder que ha consolidado el poder del aparato estatal y de seguridad, elevándose por encima de la clase capitalista (oligarcas) y las instituciones formales, aunque garantizando el orden y los intereses del capitalismo ruso.
Recep Tayyip Erdoğan (Turquía): Su régimen ha sido calificado como bonapartista debido al creciente personalismo, la consolidación de poder tras crisis (como el intento de golpe de Estado) y su apoyo popular en zonas específicas.
Otros Liderazgos Personalistas: Algunos estudiosos han identificado tendencias neobonapartistas o populistas-autoritarias en líderes como Donald Trump (EE. UU.) , Viktor Orbán (Hungría), o Javier Milei en Argentina, aunque la aplicación del término puede variar. La clave es el líder que actúa por encima o a pesar de las instituciones tradicionales, apelando directamente a la voluntad popular.

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